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Твен Марк - Las aventuras de Huckleberry Finn Las aventuras de Huckleberry Finn

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оксана2018-11-27
Вообще, я больше люблю новинки литератур
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Professor2018-11-27
Очень понравилась книга. Рекомендую!
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Vera.Li2016-02-21
Миленько и простенько, без всяких интриг
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ст.ст.2018-05-15
 И что это было?
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Наталья222018-11-27
Сюжет захватывающий. Все-таки читать кни
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Las aventuras de Huckleberry Finn - Твен Марк - Страница 72


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Nat no miro cuando pusimos el pastel de brujas en la escudilla de Jim y colocamos los tres platos de estano en el fondo de la cazuela debajo de la escudilla, asi que a Jim le llego todo perfectamente, y en cuanto se quedo solo rompio el pastel y escondio la escala de cuerda en el colchon de paja, marco unos garabatos en un plato de estano y lo tiro por el agujero de la ventana.

Capitulo 38

Lo de preparar las plumas fue un trabajo bien dificil, igual que paso con el serrucho, y Jim dijo que lo de la inscripcion iba a ser lo mas dificil de todo. Era lo que tenia que grabar el prisionero en la pared. Pero era necesario; Tom dijo que tenia que hacerlo; no habia ni un solo caso de un prisionero de Estado que no dejara una inscripcion, con su escudo de armas.

—?Mira lady Jane Grey —va y dice—; mira Gilford Dudley; mira el tal Northumberland! Pero, Huck, digamos que es mucho trabajo. ?Que vas a hacerle? ?Como te las vas a arreglar? Jim tiene que dejar su inscripcion y su escudo de armas. Es lo que hacen todos.

Y Jim va y dice:

—Pero, sito Tom, yo no tengo escudo de armas; no tengo nada mas que esta vieja camisa y ya sabe usted que ahi tengo que escribir el diario.

—Bueno, Jim, es que no comprendes; un escudo de armas es muy diferente.

—Bueno —dije yo—, en todo caso Jim tiene razon cuando dice que no tiene escudo de armas, porque no lo tiene.

—Eso ya lo sabia yo —dice Tom—, pero te apuesto a que ya lo tendra antes que salga de aqui, porque va a salir como esta mandado, sin ninguna mancha en su historial.

Asi que mientras Jim y yo ibamos afilando las plumas en un ladrillo, Jim la suya con el cobre y yo la mia con la cuchara, Tom se puso a trabajar pensando en el escudo de armas. Al cabo de un rato dijo que se le habian ocurrido tantos que no sabia cual escoger, pero habia uno que le parecia su favorito. Va y dice:

—En el escudo pondremos una barra de oro en la base diestra, un aspa morada en el falquin, con un perro, couchant, en franquis, y bajo el pie, una cadena almenada, por—la esclavitud, con un chevron vertcon una punta dentada y tres lineas vectoras en campo de azur, con las puntas de los dientes rampantes en una dancette; de timbre, un negro fugitivo, sable, con el hatillo al hombro sobre barra de bastardia, y un par de gules de apoyo, que somos tu y yo; de lema, Maggiore fretta, minore atto. Lohe sacado de un libro; significa que no por mucho madrugar amanece mas temprano.

—Recontradiablo —dije yo—, pero, ?que significa todo el resto?

—No tenemos tiempo que perder con eso —va y dice el—; hay que ponerse a cavar como condenados.

—Bueno, en todo caso —pregunte—; por lo menos dime algo, ?que es un falquin?

—Un falquin… Un falquin es… Tu no necesitas saber que es un falquin. Ya le ensenare yo a hacerlo cuando llegue el momento.

—Caramba, Tom —dije yo—; crei que lo podrias contar. ?Que es una barra de bastardia?

—Ah, no lo se. Pero es necesaria. La tiene toda la nobleza.

Asi era el. Si no le venia bien explicar una cosa, no la explicaba. Ya podia uno pasarse una semana preguntandosela, que no importaba.

Como tenia arreglado todo aquello del escudo de armas, empezo a rematar aquella parte de la tarea, que consistia en planear una inscripcion muy triste, porque decia que Jim tenia que dejarla, igual que habian hecho todos. Se invento muchas, que escribio en un papel, y cuando las leyo, decian:

«1. Aqui se le rompio el corazon a un cautivo.

»2. Aqui un pobre prisionero, abandonado por el mundo y los amigos, sufrio una vida de penas.

»3. Aqui se rompio un corazon solitario y un espiritu deshecho marcho a su eterno descanso, al cabo de treinta y siete anos de cautiverio en solitario.

»4. Aqui, sin casa ni amigos, al cabo de treinta y siete anos de amargo cautiverio, perecio un noble extranjero, hijo natural de Luis XIV.»

A Tom le temblaba la voz al leerlo, y casi se echo a llorar. Cuando termino no habia forma de que decidiera cual tenia que escribir Jim en la pared, porque todas eran estupendas, pero por fin decidio que dejaria que las escribiese todas. Jim dijo que le llevaria un ano escribir tantas cosas en los troncos con un clavo, porque ademas el no sabia hacer letras; pero Tom le prometio dibujarselas para que Jim no tuviera mas que seguir el dibujo. Y poco despues dijo:

—Ahora que lo pienso, esos troncos no valen; en las mazmorras no tienes troncos; tenemos que hacer las inscripciones en una piedra. Tenemos que traer una piedra.

Jim dijo que la piedra era peor que los troncos; que le llevaria tantisimo tiempo escribirlas en la piedra que jamas se escaparia. Pero Tom dijo que me dejaria ayudarle. Despues echo un vistazo para ver como nos iba a mi y a Jim con las plumas. Era un trabajo de lo mas latoso, duro y lento, no me venia nada bien para quitarme las llagas de las manos, y casi no pareciamos avanzar, asi que Tom va y dice:

—Ya se como arreglarlo. Necesitamos una piedra para el escudo de armas y las inscripciones melancolicas, y podemos matar dos pajaros de un tiro. Donde el molino hay una piedra enorme de moler que podemos traer para escribir las cosas en ella y ademas afilar las plumas y el serrucho.

No era mala idea, y tampoco era mala piedra de moler, pero decidimos intentarlo. Todavia no era medianoche, asi que nos fuimos al molino y dejamos a Jim con su trabajo. Agarramos la piedra y empezamos a llevarla rodando a casa, pero resultaba de lo mas dificil. A veces, hicieramos lo que hicieramos, no podiamos impedir que se cayera, y a cada momento estaba a punto de aplastarnos. Tom dijo que seguro que se llevaba a uno de nosotros por delante antes de que lograsemos terminar. Llegamos a medio camino y ya estabamos agotados y casi ahogados de sudor. Vimos que no habia nada que hacer; teniamos que ir a buscar a Jim. Asi que levanto la cama, saco la cadena de la pata del catre, se la puso al cuello y salimos a rastras por el agujero hasta donde estaba la piedra, y Jim y yo nos pusimos a empujarla y la hicimos correr de lo mas facil, mientras Tom supervisaba. Era el chico que mejor supervisaba del mundo. Sabia hacer de todo.

Nuestro agujero ya era bastante grande, pero no lo suficiente para meter por el la piedra; entonces Jim agarro el pico y en seguida lo agrando. Despues Tom dibujo las frases en ella con el clavo y puso a Jim a trabajar, con el clavo haciendo de buril y un perno de martillo; dijo que trabajara hasta que se acabara la vela y que despues podia acostarse y esconder la piedra de molino debajo del colchon y dormir encima de ella. Luego le ayudamos a volver a poner la cadena en la pata del catre y nos preparamos para acostarnos. A Tom se le ocurrio algo, y va y dice: