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Las aventuras de Huckleberry Finn - Твен Марк - Страница 49
Me dije para mis adentros: «?Y esta es la muchacha a la que voy a dejar que ese viejo reptil le robe todo su dinero!» Entonces entro Susan en el asunto, y podeis creerme que le puso a labio leporino las peras al cuarto.
Y yo me dije: «?Y esta es otra a la que voy a dejar que le robe su dinero!»
Despues Mary Jane paso a otras cosas y se volvio a poner toda encantadora, que era su verdadero estilo. Pero cuando termino, la pobre labio leporino estaba practicamente deshecha. Asi que se puso a gritar.
—Muy bien, pues entonces —dijeron las otras chicasno tienes mas que pedirle perdon.
Y fue lo que hizo, y lo hizo muy bien, tan bien que daba gusto escucharla, y ojala pudiera volverle a contar mil mentiras para que lo repitiese otra vez.
Y me dije: «Esta es otra a la que le estoy dejando que le robe el dinero». Y cuando termino se pusieron todas ellas a hacer que me sintiera en casa y que supiera que estaba entre amigos. Me senti tan bajo y tan vil que me dije: «Esta decidido; o les consigo ese dinero o reviento».
Asi que me largue; a dormir, dije, sin especificar el momento. Cuando me quede solo me puse a pensar las cosas. Me pregunte: «?Voy a ver a ese medico, en secreto, y delato a estos sinverguenzas? No, eso no saldria bien. Podria decir quien se lo habia dicho y entonces el rey y el duque se encargarian de mi. ?Ire a decirselo en secreto a Mary Jane? No… No me atrevo. Seguro que lo revelaria con algun gesto; ellos ya tienen el dinero y se largarian con el. Si fuera en busca de ayuda, seguro que me encontraria metido en el asunto. No, no hay mas que una forma. Tengo que robar ese dinero como pueda y de forma que no sospechen de mi. Aqui han encontrado un buen filon y no van a irse hasta que le hayan sacado a esta familia y a este pueblo todo lo que puedan, asi que tengo tiempo suficiente para buscar una solucion. Voy a robarlo y a esconderlo y despues, cuando este rio abajo, escribire una carta y le dire a Mary Jane donde esta escondido. Pero mas vale que lo saque esta noche si puedo, porque a lo mejor el medico no ha renunciado como ha dicho y todavia puede que les meta el miedo en el cuerpo y los eche».
«Asi que —pense— voy a buscar en sus habitaciones.» Aunque el pasillo de arriba estaba oscuro, encontre la habitacion del duque y empece a rebuscar con las manos, pero recorde que tal como era el rey, no dejaria que nadie mas que el se hiciera cargo del dinero, asi que fui a su habitacion y empece a rebuscar. Pero vi que no podia hacer nada sin una vela y, naturalmente, no me atrevi a encender una. Asi que pense en hacer lo otro: quedarme a la espera y escuchar lo que decian. Casi en aquel momento oi que subian y decidi esconderme debajo de la cama; fui hacia ella, pero no estaba donde yo creia, toque la cortina detras de la que estaban los vestidos de Mary Jane, asi que salte detras, me arrebuje entre los vestidos y me quede alli muy calladito.
Entraron, cerraron la puerta y lo primero que hizo el duque fue agacharse a mirar debajo de la cama. Entonces me alegre de no haberla encontrado cuando la buscaba. Y eso que, ya sabeis, parece que lo natural es esconderse debajo de la cama cuando uno quiere que no lo encuentren. Despues se sentaron y el rey dice:
—Bueno, ?que pasa?, y no te alargues, porque mas vale que nos levantemos bien tempranito por la manana para que no tengan oportunidad de hablar de nosotros.
—Bueno, se trata de lo siguiente, Capeto. No es facil; no me siento tranquilo. No logro olvidarme de ese medico. Queria saber que planes tenias. Tengo una idea y me parece que esta bien.
—?Cual es, duque?
—Que mas nos vale largarnos de aqui antes de las tres de la manana y bajar al rio con lo que ya tenemos. Sobre todo, dado que lo hemos conseguido tan facilmente que nos lo han dado, podria decirse que nos lo han metido a la fuerza, cuando nosotros pensabamos que tendriamos que volverlo a robar. Creo que mas vale que nos marchemos cuanto antes.
Aquello me hizo sentir bastante mal. Una hora o dos antes habria sido algo distinto, pero ahora hacia que me sintiera mal y desencantado. El rey pega un grito y dice:
—?Como! ?Y no vender el resto de la herencia? ?Marcharnos como un par de idiotas y dejar ocho o nueve mil dolares en tierras esperando a que alguien se las lleve?; ?cuando todo se puede vender en un momento!
El duque se puso a grunir, dijo que con la bolsa de oro ya bastaba y que no queria meterse en mas jaleos; que no queria robar a unas huerfanas todo lo que tenian.
—?Que cosas dices! —replico el rey—. No les vamos a robar mas que este dinero. Perderan los que compren esas propiedades, porque en cuanto se averigue que no eran nuestras, que sera al poco de habernos ido, la venta no sera valida y todo volvera al patrimonio. Estas huerfanas se quedaran otra vez con su casa, y a ellas les basta con eso; son jovenes y fuertes, y se pueden ganar la vida facilmente. No van a perder nada. Pero, hombre, piensalo; hay miles y miles de personas que no tienen ni la mitad. Te aseguro que estas no tienen ningun motivo de queja.
El rey le dio tantos argumentos que acabo por ceder y dijo que bueno, pero que creia que era una estupidez seguir alli, con aquel medico sospechando de ellos. Pero el rey dice:
—?Al diablo con el medico! ?Que nos importa ese? ?No tenemos de nuestra parte a todos los tontos del pueblo? ?Y no es una mayoria suficiente en cualquier pueblo?
Asi que se prepararon a volver a bajar. El duque dice:
—No creo que hayamos dejado el dinero en un buen sitio.
Aquello me animo. Habia empezado a pensar que no me iban a dar ni una pista que me ayudara. El rey dice:
—?Por que?
—Porque a partir de ahora Mary Jane estara de luto y lo primero que va a hacer es decirle al negro que limpie las habitaciones, que meta esa ropa en una caja y se la lleve; y, ?te crees tu que un negro va a encontrarse con el dinero y no tomar prestado algo?
—Vuelves a tener la cabeza bien puesta, duque —dice el rey.
Se puso a buscar debajo de la cortina a dos o tres pies de donde estaba yo. Me aprete contra la pared sin hacer ningun ruido, aunque temblaba, y me pregunte lo que me dirian aquellos tipos si me pescaban tratando de pensar lo que tendria que hacer entonces. Pero el rey encontro la bolsa antes de que se me ocurriera ni media idea, y nunca se sospecho que anduviera yo por alli. Agarraron la bolsa y la metieron por un desgarron que habia en el jergon de paja, debajo del colchon de plumas, y la dejaron metida como un pie o dos entre la paja y dijeron que ya estaba bien, porque los negros solo hacen el colchon de plumas y no le dan la vuelta al jergon mas que una o dos veces al ano, asi que ahora ya no habia peligro de que se lo robaran.
Pero no contaban conmigo. Lo saque antes de que hubieran llegado al final de la escalera. Fui a tientas hasta mi cubiculo y lo escondi alli hasta que se me ocurriera algo mejor. Pense que mas valia esconderlo fuera de la casa en alguna parte, porque si lo echaban de menos iban a registrar la casa a fondo; de eso estaba convencido. Despues me acoste con toda la ropa puesta, pero no podria quedarme dormido aunque lo quisiera, de ganas que tenia de terminar con todo aquel asunto. Al cabo de un rato oi que subian el rey y el duque, asi que me baje del petate y me quede con la barbilla apoyada en el ultimo peldano de la escalera para ver si pasaba algo. Pero no paso nada.
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